Fundación
                                 del
        Cuerpo de Bomberos de Rinconada



En la comuna de Rinconada de Los Andes y en especial en el sector de Casuto ocurrieron varios hechos desastrosos que hizo a don Patricio Molina entender la necesidad de crear una institución para socorrer las emergencias de las comunas.

Inundaciones
Antiguamente, en temporadas lluviosas de invierno, ocurrían constantes salidas de la corriente agua del Estero Pocuro en las por las calles del  sector de Casuto como si fueran otro estero más.
Era tanta el agua, que inundaba en varios centímetros las humildes casas de los lugareños quienes perdían sus pocas ropas y enceres que tenían fruto de años de trabajo.


Primer incendio Don Guillermo Jorquera "El Memo"
El primero ocurrió en el invierno de 1967 al frente de la Población Patricio Molina Suárez en Casuto en el que un poblador llamado Guillermo Jorquera, conocidos por todos como "El Memo", murió carbonizado tras caer una vela prendida en su cama mientras dormía.

No había forma de llamar a los Bomberos, estaban a casi 20 kilómetros allá en Los Andes, ni siquiera había forma de avisarles del siniestro porque no había un teléfono.  

Los vecinos del sector en vano trataron desesperadamente de apagar el siniestro con simples baldes y cacerolas obteniendo de una acequia un resto de agua que le quedaba casualmente y la fuerza humana voluntariosa se vio impotente, desgastada y vencida ante un incendio que devoró todo a medianoche incluyendo a su morador.

EL fallecimiento del "Memo" caló profundamente a los pobladores y a don Patricio Molina quienes se vieron impotentes ante una emergencia o tragedia.


Segundo Incendio Sra. Marta Encina
Luego, por la primavera de 1967 ocurre otra desgracia más, esta vez a la familia de la vecina Marta Encina, también muy pobre, que vivían  a orillas del Estero de Pocuro también en el sector de Casuto en la comuna de Rinconada de Los Andes.

La vivienda, consistía en una menesterosa mediagua y una pequeña casa de tabiques de barro y techo de paja, se quemó completamente con todos sus enceres familiares.

Estando el estero ahí mismo, los vecinos no contaban con baldes suficientes y don Patricio Molina mandó en su camioneta a uno de sus empleados a llamar a los Bomberos de Los Andes quienes debieron recorrer de ida y de vuelta, los casi 20 km entre callejones para llegar al sitio del incendio, puesto que en ese tiempo, no habían las carreteras que hay actualmente.

Solo el viaje de ida tomaba más de media hora y los Bomberos de Los Andes pudieron  llegar después de dos horas del siniestro,  cuando el fuego ya había consumado completamente toda la vivienda.

Esta tardanza se debió por nula comunicación y excesiva distancia del pueblo con la ciudad.

Desolación de un Siniestro
Don Patricio Molina, impotente y conmovido por el siniestro, ve llorar desconsoladamente a la desvalida dueña de casa, víctima con sus pequeños hijos lactantes por su hogar y sus enceres perdidos.
Solo lograron  rescatar un viejo reloj despertador, un par de fotos,  mientras sus humildes camas, muebles, ropas y todo su hogar fueron devorados por el fuego.

El Cuerpo de Bomberos de Los Andes llegó, con todo su ánimo y energía se aprestaban a cumplir con su misión pero ya era tarde.
La precaria construcción ya estaba completamente consumida y aunque los enceres muy precarios, para esta familia era todo lo que tenían.

Los voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Los Andes también se entristecieron, se le notaba en sus rostros la frustración, de no poder haber hecho nada porque ya era tarde a pesar de su rápida movilización y se dieron cuenta que algo les faltaba.

La idea de un Cuerpo de Bomberos
Fue entonces que don Patricio Molina Molina entendió que la comuna requería de una "institución para Emergencias", que necesitaban una institución que auxiliara a los vecinos para enfrentar no solo incendios, sino también terremotos, inundaciones y cuanto accidente y catástrofe ocurriera.

Necesitaban de un Cuerpo de Bomberos.


Una grata casualidad
Ocurre una grata coincidencia, que el suegro de don Patricio Molina era don Guillermo Enrique Correa Gallardo, quien además de ser el padre de la Directora de la Escuela de Casuto Sra. Rudith Correa Villaleiva, era en ese entonces el Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Los Andes.

Fue así que don Patricio Molina le expone a su suegro la gravedad y la fragilidad de la comuna con los siniestros ocurridos.

Don Enrique Correa en su calidad de Superintendente y con conocimientos del funcionamiento de esta institución, le muestra a su yerno don Patricio Molina los caminos a seguir para la formación del cuerpo bomberil.


La manera más efectiva
En dicha conversación, ambos concordaron que el camino más fácil, rápido y efectivo para la conformación de esta nueva institución voluntaria era el de utilizar la organización institucional del Cuerpo de Bomberos de Los Andes para así tener mayor potestad para entregarle el total apoyo.


Gestiones Iniciales
A finales del mes de Octubre de 1967, don Enrique Correa Gallardo en su calidad de Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Los Andes abre un proceso para la fundación de una nueva compañía de bomberos y don Patricio Molina se ponen de inmediato en marcha para gestionar y consolidar los requerimientos para la fundación la Tercera Compañía de Bomberos de Rinconada de Los Andes.

Invitación a los vecinos
Con el consentimiento del Superintendente y la oficialidad del Cuerpo de Bomberos de Los Andes, don Patricio Molina acude pedir su apoyo a su compadre don Héctor Aldunce Torrealba quien de inmediato se entusiasmó con la idea y le comenta que conocía a una persona que tenía conocimiento del trabajo bomberil y ambos acuden a conversar con el vecino del sector Galvez don Ricardo Olguín quien también aceptó encantado el reto.

Luego don Patricio Molina invita a integrarse al cuerpo bomberil a sus trabajadores, como su Capataz don Rubén Mazuela Saavedra y su trabajador Miro Camus quienes gustosos también se agregan a la naciente institución.

Don Patricio Molina como toda la comunidad, sabían que la familia Astorga, que poseían microbuses de recorrido Rinconada-San Felipe su hijo mayor, don Luis Astorga, era la persona indicada para el cargo de “Maquinista” responsabilidad que le fue encomendada y a su vez aceptada inmediata y gustosamente asumida  por dicho vecino.

Luego se agrega don Germán Poblete y su amigo Arturo Olivares más conocido como “Chocosín” y fue así como se fueron incorporando los voluntarios que conformarían la naciente agrupación, aun hasta entonces, de vecinos y amigos.  


Trámites de la Nueva Institución Bomberil
Tras plegarse a la aventura un grupo de unos 30 vecinos, don Patricio Molina los cita a su casa en Casuto para iniciar su inscripción oficial con el fin de que el Cuerpo de Bomberos de Los Andes encabezado por el Superintendente don Enrique Correa Gallardo acogiera la solicitud y someterla a tramitación dentro de la institución bomberil nacional de acuerdo ahora al procedimiento legal.


Presentación al Alcalde de Rinconada
Ya con el consentimiento, el apoyo y el respaldo total del Cuerpo de Bomberos de Los Andes don Patricio Molina Molina solicita una reunión inmediata con el Alcalde de Rinconada don Sergio Rodríguez quien gratamente sorprendido le ofrece las dependencias de la Municipalidad para la conformación de la compañía.


Fundación de la Tercera Compañía de Bomberos
Fue así que finalmente, para darle formalidad, solemnidad y oficialidad a la naciente compañía de bomberos, don Patricio Molina Molina cita al nuevo gran grupo de voluntarios, ansiosos de este nuevo proyecto de progreso para la comuna, son citados a la Municipalidad de Rinconada.

La reunión la inicia don Patricio Molina Molina ante una gran concurrencia de voluntarios y vecinos donde expone las experiencias y razones por las que se han dado la necesidad de crear una institución voluntaria de emergencia para la comuna como lo es bomberos y dando cuenta la serie de diligencias que había realizado previamente con su suegro, el Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Los Andes don Enrique Correa Gallardo, para llegar a esta instancia de fundación de la compañía manera oficial.

Tras terminar su contundente discurso, los concurrentes asienten con un fervoroso y cerrado aplauso.

De ese momento, la reunión se transforma en la sesión formal y oficial de fundación de la Tercera Compañía de Bomberos de Rinconada de Los Andes siendo el día 22 de Noviembre de 1967 redactándose la primera acta institucional.

Por unanimidad se nombra al ideólogo y gestor de esta iniciativa don Patricio Molina Molina como su director fundador a quien además se le otorga el mando para gestionar la incorporación de la agrupación, ahora conformada oficialmente como una compañía de bomberos, ante el Cuerpo de Bomberos de Los Andes.
 

Apoyo de los Bomberos de Los Andes
Los voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Los Andes aun recordando con tristeza el siniestro ocurrido a aquella familia que perdieron todos sus enceres en el sector del estero en Casuto y animados de que el Cuerpo de Bomberos de Los Andes además se robustecía con una nueva compañía de voluntarios, inician un programa de enseñanza y entrenamiento a los voluntarios novatos de su comuna vecina.

Los voluntarios de la primera compañía se esmeraron en enseñarle a los tercerinos el uso de las mangueras, especialmente el saber enrollarlas y desenrollarlas ordenadamente, el uso del pitón y explicaciones tan simples como el indicarles que el agua debía dirigirse a la base del fuego y no a la figura de las llamas.

La Segunda compañía les hizo demostraciones sobre el uso de las escaleras, hachas y diversas herramientas.

Pero de nada les servía estos entrenamientos ya que la naciente compañía no tenía cuartel, ni siquiera tenía un Carro-bomba.


Bomberos sin Cuartel ni Carro
Aunque era inconcebible que una compañía bomberil no tuviera un carro bomba para que pudiera llamarse realmente compañía de bomberos, el ánimo de los Bomberos de Rinconada fue siempre del más alto optimismo porque no solo  creían y sino amaban este nuevo proyecto para su comuna de Rinconada.


Primeras Emergencias
En las primeras Emergencias, los voluntarios de la ahora oficial Tercera Compañía de Bomberos de Rinconada acudían entonces con las herramientas y máquinas personales que tenían tales como: camionetas, camiones, tractores con rampla de los vecinos, e incluso simples baldes, palas, picotas...

En verdad todo servía además que el ánimo de los voluntadrios era desbordante.


Carroza Comunitaria
La comunidad rinconadina disponía desde hacía unos años anteriores, de una carroza comunitaria adquirida para complementar una falencia del Cementerio de Rinconada que sepultaba a sus deudos en carretelas e incluso a pulso en una larga caminata.

Esta carroza era una Camioneta Chevrolet 51 cerrada completa de color negro con una puerta trasera donde se introducía el féretro. 

Esta carroza fue traspasada a los Bomberos para ser utilizada pero finalmente fue vendida con la finalidad de capitalizar la compañía con vista adquirir un ansiado carro-bomba.


Campaña para el Carro-Bomba
Fue un trabajo intenso y abnegado de los Bomberos junto con la comunidad.
Se hizo lo que usualmente se hacía en aquella época: colectas, bingos, ramadas dieciocheras, etc..
Así los bomberos, peso a peso, logran juntar el dinero para comprar primer carro bomba soñado.


Intercesión del Superintendente Enrique Correa
Mientras los bomberos de Rinconada afanosamente juntaban su dinero en cada centavo, por otro lado, el Superintendente don Enrique Correa Gallardo envía  misivas internas a los colegas Bomberos del país comunicando de la formación de esta nueva compañía y la necesidad de esta de adquirir un carro usado que algunas de estas compañía quisiera ofrecer.  


Compra frustrada del Carro-Bomba
La respuesta llega de Valparaíso, la Cuarta Compañía de esta ciudad tenía un carro para la venta.

Su precio era de Eº 2.000.000 (Dos millones de escudos).

Con todos los eventos de recaudación que habían, la tercera compañía de Rinconada no tenía todo el dinero requerido; lo que habían reunido con tanto esfuerzo no les alcanzaba.

Vino entonces el regateo, hacerles ver a los porteños el esfuerzo para obtener el dinero para el carro pero a su vez, los bomberos de Valparaíso también tenían sus proyectos y se les hacía difícil hacer tanta rebaja hasta que finalmente llegaron a un acuerdo.
La compra del Carro-bomba era factible.

Inmediatamente don Patricio Molina, parte raudo a Rinconada a avisarle a los voluntarios del acuerdo de precio con los Bomberos de Valparaíso para que el maquinista don Luis Astorga y un ayudante lo acompañaran al puerto.

Al día siguiente tres voluntarios parten en el primer Bus JM con rumbo a Valparaíso con sus bolsillos llenos de dinero en efectivo, esperanzados de la anhelada adquisición.

Al llegar a la Compañía de Bomberos de Valparaíso, estos inesperadamente les cobraron el valor del carro acordado más el impuesto I.V.A. que según ellos correspondía.

Con la aplicación de tal impuesto a los voluntarios tercerinos no les alcanzó el dinero y frustrados vuelven tristes y a su vez enojados porque insólitamente los impuestos no estaban estipulados y fue la razón por la que se les habían arruinado sus sueños.


Excepción de Impuesto
Una vez de vuelta, don Patricio Molina habla con su suegro, entonces Superintendente del Cuerpo de Bomberos al que pertenecían y le cuenta su frustración.

De allí a don Enrique Correa se le ocurre la idea de ir a hablar con su amigo, el Jefe de Impuestos Internos de Los Andes, don Víctor Fuentealba quien gentilmente lo recibe en su despacho.

Don Patricio Molina le cuenta su tristeza y a su vez malestar, señalándole al Sr. Fuentealba que necesitaban el carro-bomba para la comunidad, que se trataba de un vehículo de emergencia y que en lo absoluto se trataba de un negocio de privados como para cobrarles impuestos.

Tambien aquejado le dijo que los bomberos son una institución voluntarios, sin fines de lucro y merecían una excepción tributaria porque se trataba de una necesidad comunitaria.

Don Víctor tras escucharlos detenidamente le responde:
Mire don Patricio, yo aquí soy el fisco y no puedo decirle lo que usted debe hacer para evadir impuestos, no puedo hacerlo.

El Superintendente don Enrique Correa le refuta y le replica diciéndole:
Pero don Víctor, si es un carro-bomba para auxiliar y ayudar a la comunidad, somos una institución de voluntarios, regalamos nuestro tiempo y trabajo y además ¿debemos de pagar impuestos?...
No lo entiendo.

Don Víctor Fuentealba al ver la frustración y malestar de mi abuelito y mi padre se queda pensando un rato y le contesta:

Bueno, en realidad usted aquí tiene toda la razón, pero no lo hablaremos aquí sino afuera de la oficina.

Y así acordaron encontrarse en la casa del Superintendente don Enrique Correa ubicada en la esquina de las calles Tres Carreras y Yerbas Buenas de Los Andes.


Reunión Esperada
Finalmente,  el Sr. Fuentealba llega a la esperada reunión y traía consigo los formularios correspondientes, haciendo alusión a los artículos de la Ley que eximía de impuestos la adquisición del anhelado Carro-bomba y empiezan entre una buena cazuela y un buen vino a llenar los datos de la documentación.

Así, con esta gestión, se cumplía legalmente con los requerimientos para la exención de impuestos que necesitaban para comprar el carro-bomba.

Inmediatamente don Patricio Molina llama por teléfono a los Bomberos de Valparaíso señalándole la documentación que los eximía de este tributo y sellan el acuerdo de compraventa.

Nuevamente don Patricio Molina parte raudo a Rinconada a contarles a los voluntarios la buena noticia y nuevamente se preparan el conductor y el ayudante para salir tempranamente el día siguiente en el primer bus al Puerto.


Compra Definitiva del Primer Carro-Bomba
Con los documentos listos y con sus bolsillos llenos de billetes en efectivo, los voluntarios tercerinos parten nuevamente temprano rumbo a Valparaíso, en el primer bus de la madruga.

Al Director don Patricio Molina lo acompañaban el Maquinista don Luis Astorga, hijo del empresario de buses entre Rinconada y San Felipe.

Una vez en Valparaíso y con los documentos en manos, ¡por fin!, concretan el negocio y los porteños le entregan el ansiado carro-bomba a los rinconadinos quienes suspiran de alivio y dicen ¡ahora el Carro es nuestro!.


Instrucciones antes de Partir
La ansiedad de los rinconadinos de volver luego a casa con su joyita era notoria, pero, al subirse al carro-bomba se dieron cuenta que debían primero de conocer su funcionamiento.

No se trataba solo de manejar el vehículo, si no que debían de aprender a usar la bomba propiamente tal y sus accesorios y requerían de un par de horas adicionales de aprendizaje.


El Viaje de vuelta a casa
El viaje era largo, casi tres horas para no forzar la joyita.

Al salir, se dieron cuenta que había que echarle bencina y llenarle el estanque para la extensa distancia que les esperaba y otro problema: los billetes habían sido entregados enteramente a los porteños, así es que don Patricio tuvo que hacer un chequecito propio para poder abastecerse de combustible y así poder volver a casa.

A medio camino, por Hijuelas, tras la salida temprano y la ansiedad de la diligencia, el apetito les pasó la cuenta a los voluntarios y el hambre no se hizo esperar.

Hicieron un arito en la Panamericana, en una hornería ubicada cerca del túnel La Calavera, en las que hacían ricas empanadas y con eso recuperaron la  energía que necesitaban para proseguir su marcha.

Animados por llegar pronto en el viaje conversaban sobre el uso de las distintas palancas e interruptores de los diversos dispositivos del nuevo carro-bomba que no conocían como el uso de la sirena entre otros.

En el viaje, sin querer hicieron sonar la sirena y unos autos, del tipo Fiat 600, se asustaron y se hicieron a un lado para dejar pasar a los tercerinos, pues el uhuído de la sirena había sido casual mientras aprendían su manejo.


Cambio de Ropas
Al pasar el puente de San Felipe y llegar al puente de Tierras Blancas,  los voluntarios tercerinos se detienen por un rato en un rincón de la calle para cambiarse su ropa de color que llevaban puesta para ponerse esta vez el flamante uniforme verde de su tercera compañía, que esta vez lucía espléndida para ellos como nunca antes y retoman el viaje.


Entrada Triunfal
Ya entrando a Bucalemu los tercerinos empiezan a hacer sonar la sirena con la sorpresa y un poco de susto de sus pobladores.

Pero a penas el carro-bomba entra a los límites de Rinconada, los bomberos empiezan a hacer sonar su sirena y entran orgullosos con su flamante carro-bomba a Rinconada conducido por el maquinista oficial don Luis Astorga.

Al carro le colocaron un letrero de cartulina que con letras simples decía:

“Vecino: Este es el carro-bomba que se compró con el dinero sus donaciones”.

La gente al escuchar la sirena y ver el flamante carro-bomba, se dieron cuenta que se trataba de un gran logro comunitario al que aplaudieron y vitorearon efusivamente en su paso por la calles de todos los sectores rinconadinos.


Llegada a la Municipalidad
Próximos a la Municipalidad de Rinconada, los Carabineros se percatan del hecho y salen raudos en su "Juanita" al encuentro de los voluntarios rinconadinos para sumase por supuesto también a la algarabía con su única sirena que tenían.

El Alcalde también sale raudo de su oficina y los voluntarios pasan altivos como buenos uniformados saludando con su manos en la vicera del sus cascos al jefe comunal, como lo hacen los bomberos y el Alcalde le contesta sacándose el sombrero con una leve reverencia y les saluda después alzando su mano.

Luego los bomberos detienen el carro-bomba y don Patricio Molina en su calidad de Director de la Compañía se bajan a saludar al Alcalde y le dice:

"Sr. Alcalde, aquí está el carro-bomba que necesitábamos comprado con las donaciones de la comunidad".

a lo que el Alcalde le responde:
¡Felicitaciones a la Tercera Compañía!.

Y ambos se dan un abrazo ante el aplauso y algarabía de toda la multitud rinconadina apostada en la municipalidad y sus alrededores que también felices se abrazaban mientras la sirena continuaba su uhuído.

Sin duda la algarabía fue total y que fue un hito importante que enorgulleció a toda la comuna de Rinconada, cómo un pequeño carro-bomba, usadito pero completamente usable, le daba a la comunidad esa sensación de seguridad y de progreso que se necesita.


Bomberos de Elqui
Un trabajo adicional, como apadrinamiento, fue realizado por el Cuerpo de Bomberos del Elqui, quienes viajaron 500 kilómetros hasta Rinconada para darles apoyo técnico, básicamente, el uso de mangueras que apuntara a las bases del fuego y no a las llamas como se pensaba, etc.. y conformaron entonces una alianza de hermandad bomberil.

Así, los Bomberos de Rinconadas y los Bomberos de Elqui conformaron una confraternidad bomberil.



La Falta de Cuartel.
Todo parecía bien, la tercera compañía de bomberos tenía ya un carro-bomba pero no tenía un lugar físico donde guardarlo ni agruparse como entidad.

El carro-bomba fue guardado en la Municipalidad o alternativamente en casa de los voluntarios o vecinos.  

Se utilizó una vieja bodega de adobes usado de pastizal que tenía la familia Molina en su predio de calle Martín Cruz pero no cumplía ninguna comodidad ni siquiera mínima para ser habitada usada como tal. 


Terreno para el Cuartel.
Peldaño a peldaño, se empieza nuevamente a recurrir a los vecinos del sector,  quienes se fueron sensibilizando para encontrar un lugar donde levantar el futuro cuartel que se necesitaba.

Fue así que un señor desprendido vecino le saca un trocito a una parte de su terreno que formaba su predio agrícola y se lo dona al Cuerpo de Bomberos.

Jubiloso de inmediato don Patricio Molina Molina parte con su hijo pequeño don Patricio Molina Correa entonces de 8 años de edad con quien realizó una serie de viajes a Santiago para golpear puertas de diversas autoridades ministeriales y bomberiles para conseguirse los recursos para levantar el ahora ansiado Cuartel de la Compañía.


Gestiones Gubernamentales
Fue un constante peregrinaje para hablar con varios ministerios y parlamentarios en Santiago para convencer y lograr el apoyo necesario para le dieran los ansiados fondos para la construcción del Cuartel.

Astutamente, contaba su hijo Patricio Molina Correa que lo acompañaba, don Patricio Molina Molina siempre llevaba consigo una garrafa de chicha, de la dulcecita, que él mismo fabricaba en su bodega y se las regalaba a los funcionarios como “yapa” y les decía que se había acordado de ellos y que les traía con el cariño de Rinconada.

Luego de algún brindis entre la conversación don Patricio Molina les contaba su pesar de ser director de una compañía de bomberos sin cuartel y así les iba entregado sus peticiones.

Al volver a la semana después, don Patricio Molina Molina vuelve nuevamente al ministerio, al llegar la secretaria lo reconoce inmediatamente y lo saluda efusivamente sobre todo al verlo que portaba otra garrafita del sabroso mosto.

La mencionada secretaria llama a otra funcionaria de adentro y le dice:
¿Hiciste la solicitud que te mande?
y del otro lado le contesta; ¿qué solicitud?
Y la secretaria le dice: la del caballero de la chichita.
Oh Claro, le contesta entusiasmada, esta lista y procesada de hace días, te la mando de inmediato.


Visita del Ministro de Obras Públicas
Hasta la calle Martín Cruz donde supuestamente era el Cuartel llega el entonces Ministro de Obras Pública Juan Hamilton en persona especialmente a Rinconada a constatar la verdadera necesidad del Cuartel para la comuna.

Algunos vecinos, también ansiosos para que "no fallara la visita",  maquillaron algo más dramática la situación con más de algunas lloraditas para que no se les "escapara el Ministro", destacándose el voluntario Arturo Olivares mas conocido como "Chocosín" que le hizo ver la imperiosa necesidad del anhelado cuartel.

En verdad el voluntario Arturo Olivarez no estaba dramatizando sino que mostrándole al Ministro la verdadera necesidad del ansiado Cuartel quien percibió la urgencia y allí mismo vociferó su decisión haciéndola decreto:

"Aprobado"
Cuartel del tipo B,
de un piso para Rinconada y otro del tipo A de dos pisos para la comuna de Putaendo por ser una comuna mayor poblada.  

El aplauso fue cerrado de ver por fin alguna vez la tercera compañía en un lugar propio.


Por fin una Compañía de Bomberos de verdad
Con la aprobación del Ministro inmediatamente el director de la compañía don Patricio Molina acuerda con los asesores la tramitación de la documentación para hacer efectiva la construcción lo antes posible.

Finalmente el anhelado decreto de aprobación había sido firmado y don Patricio Molina parte raudamente al Ministerio esta vez con dos garrafitas de chicha dulcecita para agradecer y festejar con los asesores y ayudantes quienes de inmediato acordaron fecha con la constructora del cuartel.

Los asesores despidieron a don Patricio diciéndole que lo extrañarían por la rica chicha que les lleva pero igualmente en otros momentos posteriores les llevó otra garrafita diciéndoles que no los olvidaba.

Fue así como se logra construir el hoy flamante Cuartel de Bomberos que luce hasta hoy la comuna de Rinconada.


Cuerpo de Bomberos de Rinconada
Con tantos éxitos, más personas se entusiasman a ingresar a la compañía y los objetivos iniciales que se habían trazados desde su fundación se habían cumplido sobradamente.

Los Bomberos de Rinconada tenían ahora Carro-bomba y Cuartel y la fuerza de voluntarios se había más que duplicado.

Era hora entonces de dar el siguiente paso, dejar de ser la Tercera Compañía de Bomberos Los Andes para independizarse y conformar ahora el Cuerpo de Bomberos de Rinconada.

Con todos los agradecimientos correspondientes al Cuerpo de Bomberos de Los Andes, encabezado por el Superintendente don Enrique Correa Gallardo, don Patricio Molina independiza a la Tercera Compañía de Bomberos de Rinconada de Los Andes conformando finalmente lo que es hoy, el Cuerpo de Bomberos de Rinconada.

El Director don Patricio Molina pasa ahora a ocupar ahora el puesto de Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Rinconada de Los Andes siendo su primer Director y su primer Superintendente en la etapa más difícil de una institución que es su formación.


El Retiro de un Insigne
Tras cerca de unos 10 años al mando del Cuerpo de Bomberos de Rinconada desde su fundación y con los objetivos sobradamente cumplidos, el Superintendente don Patricio Molina Molina como es su costumbre de una persona de bien, visualiza que la institución debía de aprender ahora a saber llevarse sola y decide dar un paso al costado para que nueva sabia continuase con la misión.

Así el gestor y primer baluarte deja la institución completamente alhajada para esos tiempos.

Por el año 1990 vuelve al Cuerpo de Bombero por un tiempo pero su estado de salud no le permitió continuar como en otrora acostumbraba.


Fallecimiento del Bombero Insigne y Fundador
El 19 de Junio del 2019 don Patricio Molina Molina fallece y un reducido grupo de voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Rinconada lo acompaña a su última morada.

En una sencilla ceremonia y privada como era su costumbre, alejada de la pompa que quisiera cualquier servidor público, el don Patricio Molina Molina una persona que nunca espero un alago, un aplauso ni menos acto farandulero falleció con la modestia que solo tienen los grandes, las grandes personas.

En sus funerales el Cuerpo de Bomberos de Rinconada lo despide solemnemente nombrándolo como su "Bombero Insigne Fundador".

Bomberos de Rinconada Hoy
En la actualidad esta noble entidad bomberil ha sobrepasado los 50 años de existencia.

Entre sus innumerables logros, recates y salvamentos cumplidos, el Cuerpo de Bomberos de Rinconada de Los Andes ha sido declarado como custodio oficial de nuestra primera chilena Santa Chilena Sor Teresita de Los Andes honor al que se han esmerado y han logrado cumplir a cabalidad.

También esta institución fue pionera en Chile en elegir a una mujer como Superintendente quedando bajo el mando de la Sra. Silvia Angélica Palacios que ha servido ejemplarmente en esta institución de voluntarios de Rinconada.
                  
 


                                  Revista Chilena.com



Cuerpo de Bomberos de Rinconada Hoy