(N. en Santiago, el 29 de Noviembre de 1888). Uno de nuestros poetas silenciosos. Alcanzó a escribir en «Los Lunes de la Tarde». Después ha publicado poco en revistas, generalmente con pseudónimo. Así se explica que no tenga un bullado nombre de artista. Y qué poeta es! Más, mucho más, que tantos de esos que se afanan por estampar sus nombres semanalmente al pie de insípidas versainas.
Nos las habemos, a ratos, con un pesimista. Algunos de sus poemas están ensombrecidos por el tedio, esa enfermedad del espíritu que agobia por lo general a nuestros vates jóvenes. En otros, consigue ahondar en las tinieblas introspectivas y escanciar poemas «captados en las fuentes invisibles», según la original expresión del poeta Alberto Moreno.
De la Jara ofrece un caso extraño. Pocos como el deben mezclarse en el fárrago forense y oficinesco de los tribunales, y sin embargo, en sus poemas parece vivir en pleno Medio Evo o en un Trianon frívolo y galante. Su espíritu selecto flota como una onda de perfume en el pesado ambiente en que se debaten, sobre el papel sellado, las miserables flaquezas humanas.
Aquí en su estancia, donde vivo ahora, abierto el piano está; como si fuera a herir sus dedos el marfil. Dijera que en el silencio de la noche llora alguien conmigo siempre.... Se colora por luz extraña la ojival vidriera y un rayo, al resbalar sobre la estera, finge un contorno de mujer.... Es la hora de las evocaciones. Se perfila, tras los cristales del cristal inmerso en las sombras, la luna, cual la cara inmensamente pálida y tranquila de la amada, al través del vidrio terse del ataúd, que mi dolor velara!
……………………………………
MEDIOEVAL
(El paje enamorado, de negros ojos y de voz sonora, que en el silencio del castillo ha dado en morirse de amor por su señora da lectura a un rondel que compusiera para que lo escuchara quien en su pecho la pasión prendiera).
Era en esa edad de rudos caballeros un castillo feudal. De la ventana de balaustres godas, la hermosa castellana inquiere los caminos por los que esa mañana pasó la caravana de zingaros rapsodas. Señor! que, tendría el aire, el campo, que sabía a gloria y poesía!...
Acaso fue el doncel que en la comparsa iba, que al cantarle el rondel, más que la glosa, aquel mirar... la dejara pensativa! ¡Amor y juventud, prenden un beso! ¡Quién sabe, si fue Amor, el que se espera y no pasa nunca en Primavera! ¡Amor y juventud fugaz suceso que hace vivir la vida!... Cabe la blanda herida del corazón dejar el labio impreso! La hermosa castellana, ida la tarde, en sus jardines, rosa, cerró la ventana y fue a llorar sobre la blanca clave por aquella pupila luminosa.... Su hada madrina, que de su pena sabe, en pos la caravana por senderos de plata se encamina.... Duerme el juglar soñando en su princesa y el hada, al tiempo mismo que la besa, le arranca las pupilas y en un fino cendal hecho de luna las esconde y regresa por donde se hace menos largo su camino. La hermosa castellana ya no quiere esos ojos.... Y su hada madrina que su pena adivina, por calmar sus enojos, en pos la caravana por senderos de plata se encamina.... esta vez de la mano.... Interrúmpese el paje y la princesa con no oído acento le dice: «Fernanflor, prosigue el cuento». Pero la tarde huye tan dulcemente vaga que concluye por embrujar de azul el pensamiento. Llevada del encanto la princesa ha cerrado los ojos.... Mientras el paje la besa largamente en sus rojos labios, por los confines de los regios jardines, oculto tras los mármoles de Paros toca su flauta extralasciva Pan.
A su son, como a una evocación, por los claros, de los bosques añudos, bajo la plata de la luna, van las ninfas acosadas por un tropel de sátiros velludos. …………………………………………
HERALDICA
He presentido, amada, tu llegada: mis rosas encendieron. Y en el oculto Carmen de mis sueños abrieron una a una bajo el plata añorante de la luna....
Desde aquesta mañana, mi ventana está florida; en mi frente de arabesco salta el agua cantando, y, en el mágico ambiente, mi jardín tiene un algo versallesco.
Por rendirte homenaje lindo paje, un madrigal compuso, y, erisus versos, amorosamente sabios, toda su ciencia puso en cantar tus ojos anchos, verdes, tersos.
Mis viejos escuderos por senderos sonoros han partido en busca de la Amada cuando en sus limpios oros esta tarde ensoñada se ha dormido.
Llévate mis saludos y en escudos de plata mis ofrendas, y la rosa mejor de mis cercados para que tú la prendas al pelo, con tu mano temblorosa.
Todo espera a la Amada: su llegada será como un regreso de un lejano país de ensoñación.... ....De sus labios el beso perfumará el Dolor del hermano!
Y ante el vivir que enferma, mi cariño se dará, como el agua se da a la tierra yerma, y dormiré en su falda como un niño.
¿Por qué los escuderos por los blancos caminos aún no han vuelto? ………………………………………
Amor, te has dignado venir cuando el rosal principia a abrir sus rojas flores de pasión. Cansado estaba de mirar los senderos de mi solar que tú debías caminar para encender mi corazón.... Amor, te has dignado venir cuando el rosal principia a abrir sus rojas flores de pasión.
Mi juventud se me moría en primavera, y no sentía el desespero de esperar. Era en mi castillo interior la vida como un gran dolor cuando llegaste, mi Señor, sus recias puertas a llamar. Mi juventud se me moría en primavera, y no sentía el desespero de esperar.
Por no saberte peregrino serví a la mesa el mejor vino que destilara en mi lagar. Y del huerto todo en flor van de las frutas, lo mejor, porque a ti, mi regio Señor, no hay con qué te bien pagar. Por no saberte peregrino serví a la mesa el mejor vino que destilara en mi lagar.
Cuando te vayas a partir, con cenizas he de cubrir la mi desencajada faz.... Prenderé fuego a mi castillo; daré mis tierras al rastrillo, los mis lebreles al cuchillo y el alma a Dios o Satanás. …………………………………………