Nace en Vicuña, provincia de Coquimbo, el 29 de Noviembre de 1881.
Alma sombría, taciturna, encerrada en su Torre de Marfil, es nuestro excelente poeta pesimista.
El mismo explica su ego, su reino interior, en la composición «Mi alma» de su libro Por los caminos (1910).
Ha cerrado su huerto con un cerco de espinas que recogiera en todos los senderos, para sustraerse a las miradas frías e irónicas.
Dentro hay armonías vagamente misteriosas, como los clamores de un río fatigado y lento, que se extinguen gimiendo o mueren callanclo.
Hay un jardín de flores cuyo perfume envenena, como el de las malditas flores baudelaireanas.
El sol no rompe nunca la espesura de sus árboles umbrosos.
En el rincón más escondido hunde en el azur su mirada profunda una fuente luminosa y risueña, cuyo raudal cristalino, que absorbe clarores de estrellas y perfumes de lirios, inunda el huerto de frescor y de paz.
Algo divino entraña esa fuente.
De ella fluye un arroyuelo que, como la Vida, se desliza lentamente hasta perderse entre el boscaje, con un rumor de adioses....
El bardo ha cerrado su huerto.
Lejos, pasan los peregrinos.
La fuente rumorea; brota una estrella; la noche desciende con su sombra misteriosa y consoladora.
Y allí, donde están su hogar y su universo, el poeta, mirándose pensar, divisa cuán angustiosamente marchan aquellos peregrinos hasta perderse en el largo sendero.
Mondaca lo ve todo con obscuras proyecciones, como a través de un cristal ahumado.
Sin estar poseído de la negra misantropía schopenhaueriana ni del enfermizo egotismo de Leopardi, nuestro poeta sufre la influencia de lo fatal y de lo sombrío.
Según el psicólogo Sergi, que cual Nordau ha explicado mediante leyes fisiológicas la degeneración físico-mental del gran poeta infeliz, Leopardi, éste padeció un detenimiento de desarrollo en la facultad de percibir la realidad objetiva, obtusa en él como la visión ocular del que sufre ambliopía.
Ese hecho, como pretende la teoría degenerativa, produjo en el prisma de su mente una obscura representación de la realidad como naturaleza y como sociedad.
Se veía rodeado de tinieblas y el mundo exterior, ese formidable desierto, en nada le interesaba.
Si cantaba a la Naturaleza no la sentía; sólo con mirada distraída la describía como un pintor violetista y su descripción no era sino el leit motiv de su yo, de su universo.
No comprendió a la mujer en la plenitud de su existencia carnal, a causa de su ineptitud para concebir la vida en su exterioridad.
Misoneísta, odiando la evolución y la vida, vivió atormentado por su nebuloso pensamiento, inadaptado al medio ambiente contemporáneo, hundido el espíritu, que era su todo, en el vacío de lo negativo.
A Mondaca no podría atribuirse tales extremos, aunque entre él y el prototipo del pesimismo, existe cierta similitud por lo menos aparente.
«Por la infinita noche de su espíritu (según expresión de nuestro poeta), cruzó el blanco destello de una aurora), como una bella promesa, como una Anunciación encarnada en una deslumbradora mujer que se alejó fugitiva.
Ofrece a su amada compenetrar en su corazón y transfusionar en sus venas, sangre de sus venas; pero ello a condición de que identifique al de él su pensamiento y como él se encierre en sí misma y marche sola, aislada en espíritu del miserable tráfago.
Habla de «su calle», de aquella que, cuando regresa de la cotidiana tarea, parece reconocerlo maternalmente y ataviada de tímidas luces le señala el recto camino, hasta que llega a la puerta de su hogar, mientras aletea en la sombra crepuscular el lamento de una religiosa esquila.
Compara las nubes blancas, rojas o grises que surgen del mar, ciérnanse sobre la pradera y se remontan hasta la cumbre, con esas almas de sombra que pasan por la vida como errabundos girones de una noche sin alba: a estas almas les desea una próxima aurora y les dice su evangelio:
Reflejad todos los tonos y todas las sensaciones de la Naturaleza.
Amantes de la suprema verdad, sed como el agua.
Que se vea hasta el fondo de vuestro pensamiento.
Én conclusión: idea sólida expresada con sencillez y claridad, y ante todo, sentimiento verdadero, no sensiblería, es lo que puede esenciarse en la poesía de Mondaca.
Sus poemas son carne viva, sangran, expresan la realidad entenebrecida por una filosofía dolorosa que, a semejanza del pesimismo leopardiano, es producto de un temperamento que ha sentido con mayor intensidad el aspecto sombrío y amargo de la Vida.
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SOLEDAD....
Yo no sé dónde fue a morir mi acento: tembló un instante y se perdió en el viento.... Y pasó por tu espíritu, lo mismo que una estrella sin luz por el abismo.
Yo no sé dónde fue a expirar tu acento: flotó como un perfume sobre el viento, llegó como una música a mi oído.... Pero mi corazón siguió dormido!....
Para qué hablar?....Sigamos el camino mudos hasta morir!.... Es el destino!....
*
Ayer te vi llorar....Por tu mejilla bruna, las lágrimas caían en gotas, una a una.... El cielo estaba claro, la tarde era tranquila, y era como si fuera de noche en tu pupila.-
Y yo no sabré nunca la causa de tu pena! Tal vez era tu espíritu como una ánfora plena, tal vez te dio la muerte su beso largo y frío, o te envolvió en sus alas viscosas el hastío.
Tu frente está sellada, cerrada como un huerto. Mi grito es el estéril clamor en el desierto. Las almas están lejos, perdidas y calladas. Estamos solos.... Solos!.... Jamás sabremos nada!....
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MI CALLE
Estas calles amables tienen un gesto amigo. Mi calle me conoce. Cuando vuelvo a su abrigo, los árboles se mueven con largos movimientos pausados, y las hojas, donde suspira el viento su oración musical, dormidas bajo el rayo del sol, me dan sus sombras en un lento desmayo.
Sus casas blancas tienen un aire de pureza, un aire humilde y bueno, que reconforta y pesa tan blandamente. ...Calles con aire provinciano, tranquilas, silenciosas..... Como de un mar lejano, la voz atormentada de la ciudad.-La vida fluye, corre y se pierde, sin rumor; recogida como en meditación. Aquí se aquieta el ansia, y una mano de seda, bañada de fragancia, resbala adormeciendo los nervios, largamente....
Estas calles amables!.... Bajo su sombra, siente mi espíritu una inmensa quietud. En sus ventanas, la luz tiembla con algo de una mirada humana; y sus puertas humildes se abren tan cariñosas, como si se animaran y hasta se tornan rosas las espinas que hieren.
Y en estas calles buenas, maternalmente buenas, ni recuerdo que hay penas: y cuando en las entrañas traigo el horror del Centro, parece que estas calles me salen al encuentro!....
En su iglesia más pobre que una ermita aldeana, he vuelto a ver el rostro de la Fe, tan lejana, y en la voz temblorosa de la vieja campana, la mística plegaria de mi edad más temprana.
Aletea un instante la oración de la esquila, y cae en el silencio de la tarde tranquila.
Se oyen voces de niños, la tristeza de un piano, el temblor de las hojas y un rumor muy lejano.
Ha venido la noche y ha encendido la gracia de sus ojos de estrellas.
Tremulan las caricias sus incensarios blancos.-Todo el aire está lleno de perfume y de paz.
En el fondo sereno de los muros, anuncian, las ventanas, la santa comunión del hogar.
Y la calle me encanta con sus tímidas luces, con sus sombras amables, sus árboles fragantes y su amor inefable....
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BESO
Semilla lejana! Semilla de flores! Blancura que brilla con el fuego en que arden todos los fulgores! Semilla de flores!
Semilla lejana! Caricia lejana! Gota que condensa toda la delicia. Luz en que palpitan todas las mañanas. Caricia lejana!
Ráfaga de un viento fecundo! Ráfaga preñada! Tu leve susurro, concreción de todas las voces del mundo! Tu rumor, el Verbo que pobló la nada! Ráfaga preñada!
Tu aliento, la brisa de la primavera! Tu ímpetu, la savia que en la flor se irisa: blanco en las espumas, verde en la pradera: ¡Flor y primavera!
Llama eterna donde todo arde, y de todo, nada se consume. Flor en cuyo cáliz de fuego se esconde la Vida! Nube de perfume donde tiemblan rayos de sol y de vida.
Nuestra vida pasa! La gota va a hundirse en el alma del sol que la abrasa. Nuestra vida. pasa.-La flor se deshoja, pero el fruto queda como mancha roja cuando en otra vida la flor se deshoja!
Gota de agua clara, tu beso: mi boca lo espera! Mi beso, la lluvia sobre la pradera; tú, el místico huerto que la lluvia espera!
Sol de primavera tu beso en mis ojos! Cuando tú te vayas, cuando yo me muera, vivirá el poema de tus labios rojos, seguirán viviendo nuestras primaveras, viviendo en el alma de otros labios rojos!
Gérmenes de auroras tu beso y mi beso! se irán con las horas tu vida y mi vida; pero este amor nuestro verá detenida la fuga del tiempo.... Tu beso y mi beso serán inmortales.... porque son la vida!
Fuente de embriagueces, tu boca, ¡oh Amada! Cuando tú me beses, sentirá la roca que le nacen flores.... Temblará la nada, cuando en una llama tu boca y mi boca se fundan ¡Amada!
Vivir lo infinito! Ser nada y ser todo! Sentir en el fondo de la entraña el grito de la especie entera! Ser la inmensa hoguera donde se fundiera la estatua de lodo!.... Vivir lo infinito!.... Ser nada y ser todo!....
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EL RELOJ
Corazón del tiempo. Víctima que cuenta sus penas, y tiene la voz de una gota, monótona y fría, monótona y lenta: vida que fluyera de una arteria rota...
Corazón-misterio. Como el alma nuestra, como nuestra vida. Corazón-misterio... Pupila insondable, pálida y siniestra. Claror de la luna sobre un cementerio...
Corazón-misterio. Golpea, resuena sordamente, como la caja postrera con la mano trémula, como la cadena de un desesperado que se enloqueciera..
Pájaro fatídico de rígidas alas. Fantasma de brazos grotescos e inertes. Sombría sibila que muda señala todos los caminos que van a la muerte...
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LOS PIANOS VIEJOS
La canción melancólica de un piano, por la calle silente y soñadora, me ha salido al encuentro.... La canción melancólica de un piano.
Una música alegre que solloza; dolor desesperado de la risa.... -Viene un clamor de multitud que goza, pasa un rumor de fiestas en la brisa.-
Pienso...Hay una muchacha que suspira, mientras toca en su piano envejecido, una pobre muchacha que delira por un viejo placer desconocido...
Oh! la tristeza negra de estas vidas estancadas como aguas de laguna! Oh! las sangrientas ansias escondidas bajo una palidez como de luna!
*
Melancolía de los pianos viejos, en que tocó la madre en un borroso tiempo, que endulza todavía el dejo del primer beso que le dio el esposo...
Piano meditabundo en el que canta su adiós agónico una juventud; y entre las dos bujías se levanta, frío y lustroso, como un ataúd.
Sigue llorando, piano viejo! Llora... Por la desesperanza de tu dueña; por el dolor con que a la vida implora su pobre corazón que ya no sueña.
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JUVENTUD
La vi pasar por el camino, como una blanca aparición. Iba al encuentro del destino: y se llevó mi corazón....
Era una virgen adorable; resplandecía como el sol; era terrible y era afable: y se abraso mi corazón.
Tuvo sonrisas en la fronda, y con el agua se alegro. Y me miró, callada y honda, e iluminó mi corazón.
Por la ciudad ensangrentada, ensangrentándose pasó. Vi su alba clámide manchada: y la lavó mi corazón.
La oí llorar entre la sombra, sobre las zarzas del dolor: y sobre el fango, como alfombra, eché a sus pies mi corazón.
Desde el abismo, como un cirio de amor y muerte, Venus vio regar el ara del martirio la sangre de mi corazón.
Cruzó por todos los caminos. -lodo y azul, tiniebla y sol.- Iba al encuentro del destino: y se llevó mi corazón.
Y en un crepúsculo otoñal, como un ensueño, se perdió.... No la verá, ya nunca más, mi corazón!....
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VISION
Ha surgido en las sombras de mi vida... -Los tres Reyes también vieron la estrella que he visto yo, la estrella prometida para mi redención. - Yo creo en ella!
Yo creo en Ella! -Su pupila clara tiene un beso de cielo que destella... Qué lobregueces Ella no alumbrara dentro mi corazón! Yo espero en Ella!
Yo espero en Ella!-Yo amo esa esperanza, como nadie la amó...Si es la más bella que a vislumbrar mi corazón alcanza!... Mi fe, mi amor y mi esperanza es Ella!
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ELEGIA
¡Gracias, madre!
Por todos los dones de tu corazón, por tu santa emoción; y por la exaltación y la pasión.
Por tu espíritu de fuego y de luz; por tu amor de Jesús; por tu ansia de la cruz; y por la excelsitud de tu virtud!
¡Gracias, madre!
Por la intensidad del vivir; por la belleza del sufrir; por el encanto de escuchar; por el milagro de mirar, y la amargura de pensar!
Y por la angustia de querer, y no alcanzar; y por la gloria de caer, y levantar y de creer, y de esperar! Cristo te dijo: Sigue mi camino. - Y fue la santa ley de tu destino -. Abrázate a la cruz de mis amores. -Y te abrevaste en todos los dolores. Tu vida fue más pura que una estrella: Dios te miraba reflejado en ella.
Tu pensamiento era como una fuente que manara de Cristo, eternamente.
Tu carne enrojeció bajo el silicio y te vistió de blanco el sacrificio.
Te coronó de rosas el Señor; y te ciño de espinas el amor.
*
Y ahora, Madre, en la infinita noche de nieve que llegó, tu corazón ya no me grita sobre el abismo del terror.
Ya no se posan en mi frente tus manos que cran el perdón. -El sol de Dios secó la fuente, la fuente de mi redención.
Ya no me alumbran el camino, ni tu mirada ni tu voz. Voy tropezando, ebrio del vino con que la vida me abrevó.
Ebrio del vino de la muerte que, envenenando hasta el Amor, me va arrastrando como inerte por los caminos del dolor.
*
En la lejanía más vaga flota una dulce claridad. ¿Es una estrella que se apaga? -Es un recuerdo que se va.
Es mi dolor-¡pobre de mí!- que no he podido eternizar! -¡Limitación para sufrir, y pequeñez para gozar!-
¿Es que no tienen mis arterias el fuego de tu corazón?.... O son tan grandes mis miserias, que no merezco tu dolor?....
Yo no sé, madre, no sé nada! Yo sólo sé que ya no estás; que es infinita la jornada y que es inútil esperar.
Yo no sé nada. ¡No sé nada! Muero en las sombras del vivir. Tú que viviste, sombra amada, ven a decirme qué es morir.
Yo no sé dónde está el camino. Voy, aterrado de vivir, buscando a tientas un destino que no consigo definir.
Yo vivo, madre, eternamente -sobre el dolor del desamparo- aquel minuto de la muerte, cuando tus ojos se velaron.
¿Qué viste, madre, en el umbral? ¿Qué resplandor te deslumbró? ¿Qué inmenso arrullo maternal entre la sombra te adurmió?....
En la frontera de su imperio te habló la muerte su verdad? Dijo la Vida su misterio? Se iluminó la eternidad?....
¿O era la Nada? ¿Y tú la velas? Háblame, madre, sin piedad, porque si tú no la revelas ¿quién me diría la verdad?...,
Te adoré viva; muerta, te venero; y si aún he de vivir, de ti lo espero.
Algo de Dios florece en tu memoria, que tus huesos se alegren en su gloria.
Y tu espíritu, en goces eternales, cante con las potencias celestiales.
Vencedora de los siete dragones, las Virtudes te ciñen con sus dones.
Y sobre tu corazón de azucena, ponen un resplandor de luna llena.
*
Pero en la soledad del cementerio el gusano voraz tiene su imperio.... y sobre tu cadáver se levanta. ¡Y lo engendró tu carne sacrosanta!
Y luego no será más que ceniza que ha de aventar un soplo de la brisa.
Y ya no te verán estos ojos mortales, nunca más!....
Y cuando pienso, madre, cuando pienso que no he de verte más, siento un inmenso deseo de escaparme de mí mismo, ansias de ir a perderme en un abismo, y solo con mi pena y mi recuerdo. aullarte como un perro!....