(En Vicuña, el 11 de Julio de 1888). Fundó y dirigió durante dos años la revista literaria «Penumbras) y fue redactor del diario «La Tribuna», de La Serena. Ha colaborado en casi todas las revistas nacionales y también en «La Revista Americana», de Río Janeiro: «América», de New York, y «El Ateneo», de Madrid.
En 1914 publicó su primer volumen poético, Las rutas ilusorias. Munizaga Ossandon merece un franco aplauso. Digna es de elogio su estrofa llena, nutrida; su expresión sencilla y nítida. Sus poemas son llanos, sin afectación, plenos de vigor y colorido.
Escribe con precisión lo que piensa y siente y lo hace tan bien que al punto es entendido y sentido. Tiene de al criollismo; pero su talento flexible no se encierra en esa limitada esfera. Por el contrario, vuela libremente por el amplio azul, y escribe poemas delicados, con verdad leri unción de artista.
En los primeros Juegos Florales de Santiago, organizados por la «Sociedad de Artistas y Escritores» y celebrados en el Teatro Santiago, obtuvo el primer premio por su composición «Plegaria a María»; eligió Reina «le la Fiesta a la bella y adorable señorita María Letelier del Campo y recibió una corona de laurel y una medalla de oro donada por la empresa periodística de «El Mercurio».
Queriendo rendir culto al Arte y la Belleza, Munizaga patrocino la publicación de El Libro de los Juegos Florales, que es una ofrenda a Su Majestad la Reina de la Fiesta y a las nueve damas que formaron su Corte de Amor, Contiene además de las composiciones laureadas, varias poesías de poetas jóvenes, que haciendo el rol de vasallos líricos, loan a S. M. la Reina.
Fue el hijo de la raza legendaria que un día surgió bajo sus selvas de robles y de lumas, fiera raza en que nunca se alzó una dinastía de magnos Atahualpas ni excelsos Moctezumas.
Músculos de centauro, mirada hosca y bravía corriera por sus venas la sangre de los pumas, y erguido como un Hércules salvaje, se diría un semidiós de bronce coronado de plumas....
El encendió la guerra bajo el boscaje glauco, y acaudilló a las hordas por las selvas de Arauco, blandiendo como un cetro la formidable maza.
Y ante la tribu llena del más salvaje asombra, se irguió bajo tres soles con un árbol al hombro, como una majestuosa síntesis de la raza!....
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LA PRIMAVERA EN EL JARDÍN
Rumor eglógico y sonoro. Olor de menta y de jazmín. Fiesta de sol. Risas de oro: ¡La Primavera en el jardín! Pone una luz cruda y temblante matices raros en las flores, y el paisaje es extravagante con sus orgías de colores. Es un paisaje de acuarela de una coloración audaz, dormido tras de la cancela y lleno de sol y de paz.... Y el jardín es un cuadro vivo y adorable con su rincón maravilloso y sugestivo, perfumado de evocación.... Caen borrachos de fragancias los insectos desvanecidos, o van en líricas errancias por los parterres florecidos. Y en tropeles abigarrados, pintarrajeadas mariposas semejan pétalos alados sobre el incendio de las rosas. Y un escarabajo se pierde con su negro caparazón por entre la maleza verde que crece junto al murallón. Y de las húmedas rendijas sale a vagar un caracol, y cruzan grises lagartijas por las tapias llenas de sol.... Filtrándose por el ramaje, sobre el césped que al suelo alfombra, dibuja el sol como un encaje tembloroso de luz y sombra. Cantan los pájaros....Rumores que se elevan por el confín. Fragancias. Besos. Risas. Flores: ¡La Primavera en el jardín! Y mi rincón es adorable bajo su idílica quietud, lleno de visión amable que perfumó mi juventud. Y se embriaga bajo la luna que riela por lagos de azur segando lirios como una siniestra y pálida segur. Y en esas noches estelares vibra el silencio en el ambiente, y ríen las platas lunares sobre el éxtasis de la fuente.... Y surgen voces misteriosas, cuyo murmullo extramundano brota del alma de las cosas como un rumor vago y lontano.... Himno fecundo que renueva las alegrías y que baña de amor los surcos de la gleba y el corazón de la montaña. Génesis santa donde vibra el misterio progenitor. Soplo que enciende cada fibra con su genésico temblor. Visión serena que se ahonda, con su efluvio generador, en los arrullos de la fronda y en las copulas de la flor!.... Y esta es mi rústica heredad, cuya inefable beatitud me llena de la idealidad que perfumó mi juventud. Y este es mi predio florecido, y este es mi apacible rincón embriagado de paz y olvido, perfumado de evocación.... Florido altar de agrestes misas. Santidad blanca del jazmín. Pájaros, Flores. Besos. Risas: ¡La Primavera en el jardín!....
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PLEGARIA A MARÍA (La del cielo)
Mística flor de idealidad, ven a mi pecho lacerado, apuñaleado sin piedad por las saetas del pecado. Mírame aquí desorientado en esta horrenda obscuridad! ¡Ven a mi pecho lacerado, mística flor de idealidad!
Vaso de amor y de terneza, ruega por nuestras amarguras. Sobre mis sienes tu pureza vierta sus místicas dulzuras.... Tú que conoces las torturas de la belleza y la tristeza, ruega por nuestras amarguras, vaso de amor y de terneza.
Ruega por nuestros desalientos, ruega por nuestras inquietudes! Bajo el furor de hostiles vientos se deshojaron las virtudes. En mi alma hay un rodar de aludes y me duelen los pensamientos.... ¡Ruega por nuestras inquietudes, ruega por nuestros desalientos!
Por la blancura de tus sienes, por la dulzura de tus manos, por la ternura con que vienes a florecer en mis arcanos. Sobre el dolor de los hermanos vierte tus gracias y tus bienes, por la dulzura de tus manos, por la blancura de tus sienes.
¡Si amor no hubiera yo te amara, oh suave y pálida quimera! Mi corazón se desampara sin tu divina primavera. Mi alma doliente te venera y tú presides en mi ara.... ¡Oh suave y pálida quimera, si amor no hubiera yo te amara!
y ser cascada que ruge, y ser visión alucinante....
Que sueñan ser candor en las espumas, nívea albura en las cumbres, sueño alado en las brumas, iris en las vislumbres.
Blanco en las tuberosas, oro en los pistilos, rosa en las rosas, verde en los clorofilos....
Aguas enfermas de no amar, aguas enfermas de no ir hechas gorjeo, hechas cantar, bajo los cielos de zafir!....
En su estéril quietud las aguas muertas de los pozos aguardan el declive del talud para ser vida y luz en los campos gloriosos.
Porque en el fondo de lo inerte se halla siempre escondida en la vida la muerte, en la muerte la vida!
¡Ah, las almas que viven en eternos sopores, que no vibran, ni luchan, ni sueñan, son inertes remansos que no tienen rumores ni en torrentes de anhelos se despeñan!
¡Ah, los yertos espíritus, quietos bajo la frente, que no saben de ímpetus ni de arranques, son aguas que se pudren lentamente en la inmovilidad de los estanques!....