El Reino Colla fue uno de los reinos aimaras que ocupó parte de la meseta del Collao en Bolivia y Argentina luego del ocaso del estado tiahuanacota al menos desde fines del siglo XII.
Junto a otros reinos aimaras fue conquistado por el inca Pachacútec a mediados del siglo XV.
Los incas utilizaron collas como soldados para la expansión de su imperio hacia el sur y a su vez como trabajadores en los nuevos territorios conquistados, particularmente en el actual noroeste argentino.
Toda la región sur del Imperio incaico pasó a denominarse Collasuyo, pues los aimaras en conjunto fueron llamados por los incas con el nombre genérico de collas.
En Bolivia la palabra colla tomó un significado ambiguo y pasó a ser utilizada en el oriente del país para generalizar peyorativamente a los indígenas que habitan o nacieron en el altiplano (región histórica del Collasuyo), sean aimaras, quechuas o chichas, mientras que en el occidente del país mantuvo alguna identificación con los aimaras.
En el caso de Argentina ocurre lo mismo los habitantes de otras partes del país en especial a los del centro del país llaman muchas veces despectivamente collas a la gente norteña.
Nombre
Los Collas de las Provincias de Copiapó y Chañaral deben su nombre a una generalización del etnónimo colla que se impuso en el siglo XIX a la población indígena que habitaban en la región de la Puna de Atacama y en algunos valles altos del noroeste de Argentina.
Territorio
La Región de Atacama es una de las dieciséis regiones en que se divide Chile. Su capital es Copiapó.
Ubicada en el norte del país -norte chico-, limita al norte con la Región de Antofagasta, al este con Argentina, al sur con la Región de Coquimbo y al oeste con el océano Pacífico.
Con 286.168 habs. en 2017 es la cuarta región menos poblada del país -por delante de Arica y Parinacota, Magallanes y Aysén, la menos poblada, y con 75.176 km², la cuarta más extensa, por detrás de Magallanes, Antofagasta y Aysén.
Está compuesta por las provincias de Chañaral, Copiapó y Huasco, y la capital regional es la ciudad de Copiapó, localizada a 806 km al norte de la capital nacional, Santiago de Chile.
El principal centro urbano de la región es la Conurbación Copiapó -Tierra Amarilla con 167.956 habitantes, seguida de Vallenar con 51.917 habitantes según el Censo chileno de 2017.
Geografía Física
Interrumpiendo la Depresión Intermedia, es característico de la región, encontrar los denominados cordones transversales que unen las cordilleras de la Costa y de los Andes.
Esto da origen a valles que van de este a oeste los que a su vez forman valles fluviales.
Estos valles fluviales cortan la cordillera de la Costa, la que en esta latitud puede alcanzar altitudes superiores a los 1.000 metros sobre el nivel del mar.
Montañas
La Cordillera de Los Andes posee gran elevación, alcanzando en promedio unos 5.000 metros sobre el nivel del mar, alcanzando la máxima altitud del país en el volcán inactivo nevado “Ojos del Salado” que bordea los 6.893 metros sobre el nivel del mar, en la frontera con Argentina.
Cerros
En esta región se encuentran varios volcanes, cerros y montañas, entre ellos: cerro Vicuñas, volcán El Ermitaño, volcán Colorados, etc.
Parques nacionales:
Parque nacional Pan de Azúcar Parque nacional Nevado Tres Cruces Parque nacional Llanos de Challe
Desierto
El clima predominante en la región es el desértico, que se atenúa de norte a sur debido al aumento de las precipitaciones.
Hacia la cordillera de los Andes y mientras más aumenta la altura, el clima se vuelve desértico frío alcanzando características de tundra.
En la costa ocurre un fenómeno característico de la zona del norte chico conocido como camanchaca, una neblina muy copiosa.
La oscilación térmica va en aumento de oeste a este.
En la capital de Copiapó se encuentra emplazado en una zona de transición climática desde el Desértico marginal a Estepárico cálido.
Temperatura
Las altas temperaturas se encuentran reguladas por la relativa influencia marítima que recibe la zona, por el contexto geográfico de valle transversal en el que se encuentra, lo cual la hace entrar en un contacto casi directo con las planicies litorales.
Por esta misma razón, generalmente entra a la ciudad nubosidad costera durante las mañanas, la cual se dispersa generalmente después del mediodía.
Las temperaturas en verano son cálidas durante el día llegando a los 28 o 32°C y superando en ocasiones los 35°C, mientras que durante la noche en esta época del año bajan hasta llegar regularmente a los 17°C, aproximadamente.
La temperatura más alta registrada en la última década fue de 40° en 2009.
En la época invernal se producen durante la noche temperaturas de 0 a 5°C y en el día sube a los 20 o 25°C.
La temperatura más baja registrada ha sido de -10°, el 19 de julio de 2008.
Flora y Fauna:
La fauna que habita la región puede dividirse entre aquellas que lo hacen al interior y las que lo hacen en la costa.
Animales Silvestres
Entre las primeras se encuentran distintos roedores, guanacos, zorro culpeo y algunos reptiles.
Aves
Además, aves como cóndores y cernícalos.
Zona Costera
En la zona costera se ven chungungos, lobos marinos de un pelo y gran cantidad de aves, como chorlitos y pelícanos. Pero el ave más importante del lugar es el pingüino de Humboldt, una especie considerada vulnerable.
Flora
En la flora los sectores cercanos a la costa existe mayor diversidad de vegetación, debido a la presencia de la neblina costera, más conocida como Camanchaca.
Acá aparecen especies como el chañarcillo, la cleome o el lechero, arbusto del que brota un látex lechoso y venenoso.
Demografía
El asentamiento Colla es disperso, con viviendas que permanecen desocupadas la mayor parte del año, con excepción de la localidad de Agua Dulce, en Potrerillos, donde se habita en varias viviendas de forma permanente.
Tiempo atrás, existieron asentamientos de pastoreo en las aguadas ubicadas en las zonas altas de San Juan y Castilla, en la quebrada de Doña Inés y en el salar de Pedernales, los que fueron paulatinamente abandonados en las década de 1950 y de 1970.
El patrón de asentamiento pastoril es eventual y estacional, dependiendo de la ubicación discreta de las aguadas y vegas que se visitan por temporadas.
Solo en río Jorquera se puede apreciar un poblamiento permanente a lo largo del río.
En Quebrada de Paipote, este patrón disperso se verifica en la existencia de algunas viviendas entre el sector La Puerta y Vega de Tapia.
Las “majadas” de los crianceros, por otra parte, corresponden a los puestos o viviendas de pastoreo que conforman el sistema de asentamiento ganadero, distribuidas entre las zonas de invernada y de veranadas.
Están construidas de variados materiales, entre ellos, barro, piedras y latón, cubiertas con un techo ligero de vegetales, plásticos o lona.
Las viviendas de los colla urbanos son similares a las casas comunes de la ciudad.
Comunidades de Colla
Las comunidades colla se localizan en la Región de Atacama.
Se agrupan en 13 comunidades:
Comunidad Quebrada de Paipote, en la comuna de Copiapó. Comunidad Potrerillos, en la comuna de Diego de Almagro próxima a las minas de Potrerillos y El Salvador en la provincia de Chañaral. Comunidad Río Jorquera, en la comuna de Tierra Amarilla de la provincia de Copiapó. Comunidad de Vallas Lomas (Waira Manta Tuj'sí), en la comuna de Tierra Amarilla de la provincia de Copiapó. Comunidad de Pastos Grandes, quebrada Paipote Comunidad Sol Naciente de Pastos Grandes, quebrada Paipote Comunidad de Sinchi Waira, San Andrés, Quebrada Paipote Comunidad de Waira Manta Tuj'sí en la comuna de Tierra Amarilla. Comunidad Tata Inti en Los Loros Comunidad Geocultuxial en Diego de Almagro. Comunidad de Paipote en Estación Paipote. Comunidad India Flora Normilla, sector Piedra Colgada Comunidad Monte Amargo, sector Monte Amargo
La cultura kolla no es estrictamente indígena sino que mestiza (chola), pero a pesar de la aculturación sufrida debido a la acción colonizadora y la imposición del cristianismo, aun practican sincréticamente algunos de sus rituales.
Minka
Mantienen otras formas culturales como la minka, antigua forma de cooperación;
el serviñakuy
Son pruebas de pareja y rituales vinculados al culto de la tierra: la Pachamama, señalada o marca de animales, apachetas o descanso de viajeros, entierro y desentierro de pukllay o cacharpaya (carnaval), chálla y chállar (beber) y corpachada (dar de comer a la tierra); Tinkunakuy, topamientos o encuentros de compadrados, musiqueros, parcialidades o comunidades.
Celebraciones
La religiosidad popular kolla pone un gran énfasis en las fiestas patronales y procesiones católicas.
Organización
Muchas de las fiestas que actualmente celebran las comunidades colla se han “reinventado”, rescatados de antiguos saberes y prácticas andinas o siguen las que promueve las instituciones del Estado, como el Día de los Pueblos Indígenas o Año Nuevo Indígena.
Dentro de la religiosidad colla se pueden mencionar:
Ceremonias de la “apacheta” -ritos de caminantes y arrieros- en Río Jorquera.
Fiestas de aniversario de las comunidades, donde es común la domadura de animales con bailes de origen criollo.
Hasta la década de 1970, los colla de Potrerillos celebraban fiestas religiosas en torno a sus Santos Patrones católicos y ritos a la Madre Santa Tierra o Pachamama.
También se realizaba la fiesta de “los convidados”, los ritos ganaderos de la vilancha y el floreo de animales, pero son celebraciones que no perviven en la actualidad por la disminución ostensible de la actividad pastoril y la masa ganadera y, especialmente, porque muchas familias colla se han convertido al protestantismo, renunciando a las prácticas más tradicionales de ritos y ceremonias de origen católico-indígena.
Como la mayoría de los colla habitan en zonas urbanas, se sepultan en los cementerios tradicionales de pueblos y ciudades.
Antiguamente, algunos pastores eran enterrados en el mismo lugar donde morían, generalmente en zonas aisladas de la precordillera; entre los ritos fúnebres destacaba el sacrificio de los animales domésticos del pastor o pastora, como sus perros y parte del ganado, los que se sepultaban junto al fallecido.
Población
La población colla es relativamente pequeña. El censo de 2002 contabilizó a 3.198 personas que se auto reconocen como indígenas colla, sin embargo, los adscritos a comunidades son un porcentaje aún más bajo del total de esta población.
Comunicación
Lenguaje
Dado que “lo colla” se conforma socialmente de manera multiétnica, no existe una sola lengua originaria.
El idioma español es la lengua de los kollas actuales, pero se conserva el conocimiento del idioma quechua en la provincia de Jujuy sobretodo es todo es donde se mantiene el bilinguismo.
En su base lingüística estuvo el quechua, el aymara, el kunza e incluso el kakán de los diaguita de los valles Calchaquíes de Argentina, pero hoy sus “hablas” fueron olvidadas con los años.
En la actualidad, los colla de la cordillera de Copiapó y Chañaral hablan castellano, aunque hay palabras quechuas que permanecen en el recuerdo de los más ancianos y en algunas de sus ceremonias y cantos tradicionales.
Alimentación
La economía colla tradicional se basa en la ganadería y en menor medida en la agricultura.
Antiguamente, los collas tenían una economía más diversificada que incluía la explotación de leña para la producción de carbón y los intercambios económicos transcordilleranos.
Carnes
La ganadería que se practica, principalmente caprina y en menor medida mular, caballar y de llamas, requiere de un desplazamiento trashumante en busca de pastos y aguas para los animales, entre las invernadas y las veranadas de la precordillera.
Hoy en día, algunos colla de Potrerillos y Quebrada de Paipote practican la ganadería y solo en río Jorquera la agricultura de la alfalfa junto al pastoreo de caprinos continúan teniendo cierta importancia en la economía local.
La artesanía textil y la talabartería fueron importantes en décadas pasadas, manufacturándose prendas de vestir como grandes ponchos, mantas y gorros tejidos (llamados “coipas”), implementos para la arriería como alforjas de lana y aperos de cuero para caballares y mulares.
Actualmente, son muy pocas las personas colla que mantienen estas artesanías tradicionales.
Religión, Creencias, Rituales
Antiguamente, algunos pastores eran enterrados en el mismo lugar donde morían, generalmente en zonas aisladas de la precordillera; entre los ritos fúnebres destacaba el sacrificio de los animales domésticos del pastor o pastora, como sus perros y parte del ganado, los que se sepultaban junto al fallecido.
Como la mayoría de los colla habitan en zonas urbanas, se sepultan en los cementerios tradicionales de pueblos y ciudades.
Cultura
Música y Bailes Sus instrumentos musicales tradicionales como quena, anata, sikus, charango, erke y erkencho, y sus ritmos típicos han ingresado a formar parte de la música folklórica de Argentina, como por ejemplo: el Carnavalito.
Vestimenta
Varones
El vestido masculino era una especie de túnica corta, hasta las rodillas, y sin mangas, llamada unku; tenía unas franjas que la decoraban en el pecho y en la cintura. Como prenda íntima, llevaban una especie de taparrabos.
Mujeres
Las mujeres usaban una vestimenta que envolvía su cuerpo desde las axilas hasta el tobillo, con una tela rectangular que sujetaban encima de los hombros y la que se ceñían a la cintura mediante una faja adornada, llamada chumbi. De calzado usaban las ojotas.
Labranza
La artesanía textil (con tejidos a telar y a palillos) es una de las pocas actividades artísticas que practican algunas mujeres colla de Río Jorquera y de Potrerillos, organizadas en torno a talleres comunitarios o como “emprendimientos” económicos individuales.
Podría destacarse entre los viejos pastores colla el arte de conocer la naturaleza y la geografía de estos territorios, un saber tradicional que ha ido disminuyendo a la par que desparecen sus antiguos representantes.
Comercio
La economía colla tradicional se basa en la ganadería y en menor medida en la agricultura.
Antiguamente, los collas tenían una economía más diversificada que incluía la explotación de leña para la producción de carbón y los intercambios económicos transcordilleranos.
Ganadería
La ganadería que se practica, principalmente caprina y en menor medida mular, caballar y de llamas, requiere de un desplazamiento trashumante en busca de pastos y aguas para los animales, entre las invernadas y las veranadas de la precordillera.
Hoy en día, algunos colla de Potrerillos y Quebrada de Paipote practican la ganadería y solo en río Jorquera la agricultura de la alfalfa junto al pastoreo de caprinos continúan teniendo cierta importancia en la economía local.
La mayoría de los colla viven en zonas urbanas abocados al trabajo asalariado o como dueñas de casa.
Textiles y Talabartería
La artesanía textil y la talabartería fueron importantes en décadas pasadas, manufacturándose prendas de vestir como grandes ponchos, mantas y gorros tejidos (llamados “coipas”), implementos para la arriería como alforjas de lana y aperos de cuero para caballares y mulares.
Actualmente, son muy pocas las personas colla que mantienen estas artesanías tradicionales.
Hechos Históricos
La Puna de Atacama pertenecía a Bolivia hasta 1900, año en que su territorio fue intercambiado por Tarija a la República de Argentina.
Desde ese momento, se generalizó el término colla para denominar a la población indígena dedicada a la actividad ganadera que vivía en el altiplano de las actuales provincias argentinas de Jujuy, Salta y Catamarca.
El origen de esta población ganadera era multiétnico, conformado por atacameños que habitaban a uno y otro lado de la cordillera, por migraciones aymara y posiblemente quechua de más al norte, que se fundieron con la población indígena originaria de los valles trasandinos.
Cabe destacar que el pueblo colla de Chile no tiene ninguna relación histórica con el llamado “señorío” Colla de origen aymara que habitó las márgenes del lago Titicaca en tiempos prehispánicos.
Algunas de las familias colla que habitaban en la Puna de Atacama y en los valles circumpuneños argentinos, migraron hacia la precordillera chilena a fines del siglo XIX y principios del Siglo XX, la mayoría procedentes de Fiambalá y Antofagasta de la Sierra.
En estas nuevas tierras, los colla se unen a familias sobrevivientes del antiguo “pueblo de indios” de San Fernando de Copiapó y a crianceros tradicionales procedentes del Norte Chico.
En el pasado, los colla sostenían su economía con el abastecimiento a los centros mineros, oficinas salitreras y pequeños poblados, llevando sus productos ganaderos, textiles y combustible vegetal.
Complementaban su economía pastoril con la caza de guanacos, vicuñas y chinchillas, con la recolección de leña, la confección de carbón, la actividad pirquinera y la arriería de mulas.
Con posterioridad a la década de 1970, se produce una sistemática disminución de la población colla en la cordillera, debido a la migración a los centros urbanos aledaños.
Así cuando a principios de la década de 1990 se constituyeron las primeras comunidades indígenas colla, la mayoría de sus miembros ya vivía en pueblos y ciudades desarrollando trabajo asalariado.
Hoy en día solo unas pocas familias colla mantienen en la cordillera alguna actividad ganadera, principalmente caprina.