Los actuales diaguita se localizan en el Norte Chico, en los valles del río Huasco y del río Choapa, y en el noroeste de Argentina, donde han constituido sus comunidades indígenas teniendo como antecedente a los antiguos “pueblos de indios” del periodo colonial.
La mayor parte de la población reconocida diaguita habita en la cuenca alta del río Huasco, particularmente en la zona del río Tránsito o Huasco Alto, de la Comuna de Alto del Carmen.
Otras comunidades diaguita se localizan en Vallenar y Freirina o Huasco Bajo y más al sur, en Chalinga, en el valle del Choapa.
Geografía Física
Zona de Huasco. La zona del Huasco Alto se caracteriza por un ambiente semiárido y geografía precordillerana, con valles encajonados entre quebradas y grandes montañas.
Ríos El valle esta regado por el río Tránsito que se forma de los afluentes Valeriano, Cazadero, Conay y Chollay.
Estos ríos nacen en los cordones más altos de la Cordillera de los Andes. En el valle existen grandes terrazas utilizadas para la agricultura y para el asentamiento de la población indígena.
De la confluencia del río Tránsito con el río Carmen, nace el río Huasco que corre hasta el mar.
Temperarturas El territorio del Huasco Alto varía en altura entre 1.500 y más de 6.000 metros sobre el nivel del mar, con climas de desierto frío y desierto de tundra de montaña.
Vegetales En término vegetacional, presenta un piso pre-andino (1.500 a 2.700 metros sobre el nivel del mar) cubierto por hierbas y cactáceas que incluye a los fondos de valles y quebradas bajas.
Le sigue el piso subandino (2.700 a 3.500 metros sobre el nivel del mar) con gramíneas y cobertura arbustiva.
En el piso andino inferior (3.500 a 4.250 metros sobre el nivel del mar) formado por variedad de pastos, pequeños arbustos y plantas acojinadas y, finalmente,
En el piso subnival o desierto andino (4.250 a 4.500 metros sobre el nivel del mar) con escasos pastos de gramíneas.
Zona de Chalinga. Respecto de la comunidad diaguita de Chalinga, esta se localiza en el valle homónimo en el curso medio del río Choapa, vecino a la ciudad de Salamanca.
El río Choapa nace en la cordillera de los Andes por la confluencia de los tributarios (feudarios) Totoral, Leiva y del Valle.
Aguas abajo y dentro del ambiente de precordillera, recibe las aguas del río Cuncumén y Chalinga.
Clima En esta zona predomina el clima desértico marginal bajo, caracterizado por la influencia oceánica, las precipitaciones invernales, cielos despejados, baja humedad y temperaturas con una elevada amplitud térmica diaria.
Hacia la cordillera de los Andes y mientras más aumenta la altura, el clima se vuelve desértico frío alcanzando características de tundra.
En la costa ocurre un fenómeno característico de la zona del norte chico conocido como camanchaca, una neblina muy copiosa.
La oscilación térmica va en aumento de oeste a este.
El territorio se encuentra emplazado en una zona de transición climática desde el Desértico marginal a Estepárico cálido.
Las altas temperaturas se encuentran reguladas por la relativa influencia marítima que recibe la zona, por el contexto geográfico de valle transversal en el que se encuentra, lo cual la hace entrar en un contacto casi directo con las planicies litorales.
Por esta misma razón, generalmente entra a la ciudad nubosidad costera durante las mañanas, la cual se dispersa generalmente después del medio día.
Temperaturas Las temperaturas en verano son cálidas durante el día llegando a los 28 o 32°C y superando en ocasiones los 35°C, mientras que durante la noche en esta época del año bajan hasta llegar regularmente a los 17°C, aproximadamente.
La temperatura más alta registrada en la última década fue de 40° en 2009.
En la época invernal se producen durante la noche temperaturas de 0º a 5°C y en el día sube a los 20 o 25°C.
La temperatura más baja registrada ha sido de -10°C, el 19 de julio de 2008.
Flora y Fauna: Animales: La fauna que habita en la zona puede dividirse entre aquellas que lo hacen al interior y las que lo hacen en la costa.
Animales Silvestres Entre las primeras se encuentran distintos roedores, guanacos, zorro culpeo y algunos reptiles.
Aves Además, aves como cóndores y cernícalos. En la zona costera se ven chungungos, lobos marinos de un pelo y gran cantidad de aves, como chorlitos y pelícanos.
Pero el ave más importante del lugar es el pingüino de Humboldt, una especie considerada vulnerable.
Flora En la flora los sectores cercanos a la costa existe mayor diversidad de vegetación, debido a la presencia de la neblina costera, más conocida como Camanchaca.
Acá aparecen especies como el chañarcillo, la cleome o el lechero, arbusto del que brota un látex lechoso y venenoso.
Principalmente aceitunas en el valle del Huasco, como también uva de mesa.
DEMOGRAFÍA Se calcula que en el periodo de dominación incaica la población alcanzaba el número de 30.000 habitantes.
En la fundación de la ciudad de La Serena (1544), Juan Bohón relataba «desde el Valle deConconcagua hasta Copayapo no hay 3.000 indios».
A finales del siglo XVI se podían contar solo 1200.
Posteriormente al levantamiento indígena de 1549 que quemó la recién fundada ciudad de La Serena, los últimos rasgos de la cultura diaguita desaparecieron, dejando sólo las cerámicas y los cementerios como huellas de su paso por el Norte Chico.
Se cree que podrían haber llegado desde el este de la Cordillera de Los Andes alrededor de los siglos V y VI, invadiendo posiblemente de manera violenta los territorios del Complejo Las Ánimas según consta en vestigios de una fortaleza ubicada en los cerros cercanos del poblado de El Molle.
Los "Animas" sucumbieron ante los diaguitas, adueñándose estos últimos de sus territorios, mezclándose en los siglos siguientes con ellos y su cultura.
Los orígenes de los diaguitas difieren de los pueblos andinos ya que los diaguitas tienen linajes huárpidos, pámpidos y andinos.
Si bien la cultura diaguita propiamente se corresponde con la cultura arqueológica llamada cultura santamariana o cultura de Santa María ―cerca del 850 al 1480― e incluso hasta 1570, al menos a partir de la conquista por el Imperio Inca recibieron de éste un importante influjo cultural que se evidencia en lo religioso y estilos de cerámica, entre otros, desde Los Andes Centrales -es decir, desde la región andina ubicada entre los 20° S y la línea del Ecuador.
Se distribuyeron en un área ubicada entre los paralelos 27° S (límite septentrional aproximado) y el 32° S (límite meridional aproximado), poblando los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa. Limitando al norte con los atacameños y al sur con los picunches.
Durante el siglo XII los diaguitas son fuertemente influenciados por la Cultura Chincha, esto implicó variaciones en su religión, arte y tradiciones conformándose una nueva etapa llamada "Clásica" o "Fase II".
La vida diaguita se mantuvo estable hasta la llegada de las tropas del Imperio incaico de Túpac Yupanqui, en 1470.
ORGANIZACIÓN Por lo general, la organización social tradicional se basa en la familia y en los lazos de parentesco extendidos.
Las comunidades de los diaguitas eran gobernadas por un jefe político y militar.
Pero para heredar el cargo, no bastaba con ser el hijo del jefe: el heredero debía demostrar que tenía condiciones para mandar, de este modo a la llegada de los españoles, el territorio diaguita se encontraba dividido en jefaturas.
El jefe era polígamo, pero el resto de la población era monogámica.
Sacerdotes No había clase sacerdotal, como sí la había entre los quechuas o incas. Pero cada pueblo tenía un sacerdote "chamánico" que se encargaba de los ritos, las ceremonias religiosas y la salud de la población.
Sin embargo, la comunidad indígena diaguita como tal es de reciente creación y ha estado asociada al proceso de etnogénesis respaldado por Ley Indígena Nº 19.253.
Muchos de sus miembros participaban con anterioridad en agrupaciones de Juntas de Vecinos, directivas campesinas de Estancias Agrícolas o comunidades de riego.
Con la constitución de la comunidad indígena, hoy la organización se basa principalmente en los estatutos generales que la Ley dispone para el efecto.
La primera organización diaguita fue la Estancia Agrícola Diaguita de los Huascoaltinos, formada en 2006.
Posteriormente, por influencia de las Municipalidades respectivas y por decisión propia comenzaron a constituirse comunidades indígenas diaguita en las Comunas de Alto del Carmen, Vallenar y Freirina, en el valle del Huasco y, solo recientemente, en 2013, se conformó la Comunidad Diaguita Taucán de Chalinga, en el valle del Choapa.
Machis, Médicos, Brujos: En el caso de la comunidad diaguita de Chalinga del Choapa, existen tradiciones y memorias que mezclan componentes hispánicos e indígenas.
Tal es el caso de la creencia en la existencia de antiguos brujos que habitaban en el vecino cerro “Raja de Manquehua”, es decir, “hechiceros” representantes de las prácticas ancestrales indígenas perseguidas por la ortodoxia religiosa colonial.
Recientemente, en las comunidades diaguita se han adoptado fiestas religiosas promovidas por el Estado chileno, como el Día de los Pueblos Indígenas, que coincide con el solsticio de invierno cuando se celebra el Nuevo Año indígena en el mundo andino con ofrendas a la Madre Tierra o Pachamama.
Respecto a los ritos funerarios, éstos no se diferencias especialmente de otras manifestaciones occidentales y católicas, las que pueden tener un importante componente hispano tradicional.
La aculturación diaguita-inca conforma un periodo en dónde el Imperio Inca designa un Apunchic llamado "Anien" en el "Wamani de Coquimbo", instalándose en el valle del mismo nombre, posiblemente en el actual poblado de Altovalsol.
Se observa en este valle la característica andina de subdividir el territorio en dos mitades o "sayas", llamadas Hanansaya y Hurinsaya.
Los límites del "wamani de Coquimbo", que tenía un claro origen diaguita, abarcaban desde el Valle de Copiapó por el norte hasta el valle del Mapocho por el sur.
COMUNICACIÓN Lenguaje Nombre de su lengua
Kakán.
Antes de la llegada de los españoles, solo usaban la comunicación oral.
ALIMENTACIÓN Los Diaguita del Huasco Alto, en el valle del río Tránsito, poseen un extenso territorio heredado del antiguo pueblo de indios colonial que abarca 370.000 hectáreas inscritas como parte de la “Estancia Diaguita de los Huascoaltinos”.
En este vasto territorio practican la agricultura, la ganadería, la minería y la recolección de vegetales.
Agricultura En los fondos de valle, junto a las viviendas está la pequeña propiedad o posesiones de las familias, las que se dedican a la agricultura de cultivos tradicionales y con huertos de árboles frutales.
Frutales Aunque también es posible observar la penetración y expansión del cultivo de parronales de uva de exportación realizada por grandes empresas que han adquirido tierras en la zona de territorio diaguita.
Ganadería Las quebradas, los cerros y la cordillera son espacios para la ganadería trashumante de caprinos, como Pinte, Colpe, La Plata y La Totora o Chanchoquín; en la cordillera se encuentran las veranadas de Laguna Grande, Laguna Chica y Cazadero. El valle del río Tránsito es muy fértil y sus habitantes logran desarrollar pequeñas economías con una parte de la producción orientada al mercado.
Ganadería Caprina La comunidad diaguitaTaucán de Chalinga, por su parte, dedica sus pequeñas parcelas en el valle a la actividad agrícola y algunos mantienen actividad ganadera caprina de la que obtienen cuero, carne y leche para la fabricación de queso.
Igualmente, desarrollan el etno-turismo en zonas de valor patrimonial, entre los cuales destacan los sitios arqueológicos de arte rupestre que son abundantes en la localidad.
También elaboran artesanía en greda de carácter funcional y ornamental. Destaca el fruto del “pehuén” o “araucaria”, conocido como “piñón”.
RELIGIÓN, CREENCIAS, RITUALES Las cerámicas duales de los diaguitas apuntan hacia la creencia de la existencia de dos mundos en las cuales los chamanes son el nexo.
En la mitología diaguita transculturada tras la invasión inca, entre las divinidades y seres mitológicos más importantes, se encuentran: el Llastay o Coquena, la Yacurmana, el Pujllay o Pusllay, Huayrapuca; el Chiqui (que simboliza a la mala suerte), que es una deidad del territorio del Perú, que se arraigó entre los diaguita-calchaquíes; y de Inti y Pachamama, cuyos cultos fueron impuestos por el Imperio Inca.
Ceremonias Religiosas Entre los diaguita existe una arraigada tradición de fiestas religiosas de origen católico, especialmente porque esta región del Norte Chico estuvo sometida a la evangelización desde inicios del período colonial.
Así también es posible encontrar la sobrevivencia de algunas creencias tradicionales vinculadas con los elementos de la naturaleza.
En el Huasco Alto, la población celebra las fiestas tradicionales de la Cruz de Mayo en Malaguín, la de la Virgen de Andacollo en Chollay, la fiesta de la Virgen de la Merced de Pinte y la fiesta de la Virgen del Tránsito en el poblado homónimo, cuya devoción local se expresa, entre otros aspectos, en la existencia de los “bailes de Chinos”, de origen indígena.
El Aguatero También subsisten en algunas zonas del Huasco Alto ciertas formas de administración tradicional del uso del agua de riego, donde aún existen el “celador” o antiguo Juez de Aguas, a quien se le denomina “Camayo” o “Camayoc”, nombre quechua que se conserva desde tiempos incaicos.
Carnavales Igualmente, los diaguita huascoaltinos mantenían hasta décadas atrás algunas fiestas de raigambre indígena como las vinculadas a los “carnavales”, por ejemplo, la fiesta de la Challa.
Yastay Las festividades cristiano-indígenas han coexistido con ciertas creencias tradicionales como la del Yastay, una antigua divinidad de origen kakán de los valles Calchaquíes argentinos que corresponde a un espíritu protector de los animales, representado en el gran guanaco que habita la cordillera.
Leyendas Entre las leyendas, se cuentan Los Pétalos de la Rodocrosita, y la historia de Chaya y Pujillay.
Los Menhires Los diaguitas tallaban menhires o monumentos monolíticos colocados en forma vertical, para rendir culto a sus antepasados.
Los menhires del noroeste argentino, como otras construcciones similares son itifálicos (falo erecto) y se asociaban con cultos estacionales de la fertilidad, estos monumentos ya eran erigidos por la precedente cultura Tafí.
Mausoleos Los diaguitas, mostraban una preocupación en sus entierros por una vida post mortem en la cual el alma tiene un papel primordial.
Con la llegada de los incas se trajo la tradición de hacer altares en los cerros más altos del valle, como es el caso del cerro Las Tórtolas (6.332 metros sobre el nivel del mar).
Funerales Los entierros diaguitas son la mayor fuente de información sobre esta cultura.
Los cuerpos eran colocados en muchas veces dentro urnas funerarias realizadas con cerámica cocida en espacios rectangulares protegidos por cinco piedras lajas en cada costado y en la parte superior.
Es habitual encontrar a los cuerpos acompañados de llamas o guanacos sacrificados -signo evidente de la importancia de la ganadería derivada directa de una previa pastoricia-, sus pertenencias, utensilios de cerámicas, metal o hueso, y en casos especiales eran enterrados con sus esposas y con parte de los dedos de otras personas.
Deformación Craneana Esta era una práctica extendida dentro de la etnia, pero no provocó efectos tan negativos.
Los cadáveres Los cuerpos eran colocados flexionados en forma fetal y acostados de forma lateral y en orientación este-oeste, la cabeza estaba en la posición oriental (hacia la naciente del sol) del sepulcro.
CULTURA Alfarería. Fue una práctica artesanal tradicional de relativa importancia en el Huasco Alto.
Las loceras que subsisten en los villorios de Chollay y Pachuy siguen fabricando piezas con técnicas ancestrales, como grandes cántaros para el almacenaje y vajilla de uso cotidiano.
Hoy en día, en la comunidad de Chalinga, entre otras actividades artesanales, se recuperan técnicas y diseños de la alfarería de la cultura Diaguita prehispánica para aplicar en proyectos de emprendimiento económico, a fin de reforzar su identidad y manera de ser indígena.
Textiles. La producción textil, por su parte, la desarrollan las mujeres principalmente de las comunidades huascoaltinas de Junta de Valeriano, Chollay, Pinte y Chihuinto; ellas hilan y tiñen con tinturas naturales o artificiales su propia lana de cordero y con técnicas tradicionales tejen en los antiguos “telares de patio”, mantas, ponchos, frazadas y bolsas de diversos tamaños, además de manufacturar variados tipos de cordelería y trenzados para el apero de mulas y caballares.
A lo largo del valle, estos tejidos comparten las mismas formas, técnicas y estilos, aunque con pequeñas diferencias en su colorido.
Medicina Tradicional. En otro aspecto, los diaguitas huascolatinos practican el arte de sanar a través del conocimiento de la herbolaria, usando las plantas en infusiones y ungüentos para la cura de distintas afecciones y enfermedades.
Entre los diaguita de Chalinga, por su parte, algunos han ejercido o ejercen como médicos tradicionales, destacándose entre los curanderos más renombrados del valle del Choapa.
VIVIENDA Las viviendas de estos poblados son permanentes y están construidas ya sea en adobe o con materiales modernos, como cemento y ladrillo.
En los sectores de parcelas, las casas están junto a los campos de cultivos y huertos aledaños.
Solo algunas familias diaguita siguen desarrollando la ganadería trashumante, viajando entre los pastizales de invernadas y de veranadas; en éstas últimas, mantienen sus “majadas” o puestos temporales que construyen con materiales locales, muros con pirca de piedra, techo de troncos y ramas, cubierto con plástico.
En el caso de la comunidad diaguita de Chalinga, el patrón de asentamiento es eminentemente parcelario, en donde tienen instalada su vivienda permanente junto a sus campos agrícolas. Agricultura. El jefe diaguita repartía las tierras y organizaba la construcción y el cuidado de las terrazas de cultivo en las laderas de las montañas.
Se trabajaba la tierra en común y se guardaba parte de la cosecha en los depósitos comunales.
Cultivaban el maíz, fruto que constituía la base de su alimentación, el zapallo,la quinua, la kiwicha, los porotos, los ajíes y la papa (patata) y recolectaban frutos silvestres, como los del algarrobo, chañar, y copao, además de algodón para elaborar los trajes.
Con el «taco» o algarrobo criollo, los diaguitas cubrían varias de sus necesidades básicas.
Usaban la madera como leña o para la fabricación de enseres; de la corteza y de la raíz obtenían tinta para teñir lanas y telas, y de sus frutos hacían harina para cocinar un pan llamado patay.
También preparaban la bebida aloja, parecida a la cerveza o la refrescante añapa.
Para asegurar el riego de sus cultivos elaboraron una serie de canales de regadío aunque no desarrollaron técnicas de regadío tan complejas como los atacameños.
La papa y la quínoa eran sembradas en las zonas más altas, en terrazas y andenes de cultivo.
Ganadería. Los diaguitas practicaron la ganadería de tipo trashumante. Criaban llamas, alpacas y tarucas, sobre todo en las zonas altas y frías.
La mayor parte del año se dedicaban a la ganadería, pastoreo de auquénidos, de los cuales obtenían carne (la cual era secada al sol para obtener charqui, un tipo de carne deshidratada), lana y huesos que usaban en la confección de herramientas, también eran usados para el transporte de carga.
El pastoreo era realizado casi todo el año en las orillas del valle y en verano, al retirarse las nieves, solían ocupar los pastizales cordilleranos.
Pesca y Marisqueo El mar proveía de una buena parte de la dieta habitual de los diaguitas de Chile, mariscos, peces y mamíferos marinos formaban parte de la alimentación habitual.
Desarrollaron balsas de cuero de lobo marino para incursionar mar adentro y poder cazar peces mayores e incluso ballenas.
Actualmente la zona donde ellos habitaban es casi un desierto.
Estudio sobre Los Paziocas Los estudios de Ana María Lorandi, sobre los paziocas, entre otros revelan que los actualmente muy áridos cuando no, directamente desérticos, territorios que poblaron los paziocas eran, hasta casi el 1600, zonas fértiles en gran parte pobladas por bosques de "algarrobo" (Prosopis nigra).
Parte importante de la desertización fue consecuencia inmediata de la invasión española: en primer lugar los españoles talaron o incendiaron las tierras para derrotar mediante el hambre a los paziocas.
Una vez derrotados estos pueblos originarios, en segundo lugar los conquistadores introdujeron masivamente caprinos y ovinos que llevados a una práctica de sobrepastoreo en el transcurso de dos siglos transformaron los vergeles en eriales.
HISTORIA Se cree que la cultura diaguita arqueológica se desarrolló por al menos 400 años antes de la conquista hispana, en todo el Norte Chico y en contacto en algún grado con los pueblos contemporáneos de los valles Calchaquíes y más al sur, del otro lado de Los Andes.
En los documentos históricos del periodo colonial hay varias referencias al nombre diaguita y todas se encuentran en el valle del Elqui de Chile.
La mención más antigua es la de los primeros españoles que identifican con el nombre de diaguitas a la población indígena que habita en el Elqui, a diferencia de los ocupantes originarios del resto de los valles del Norte Chico a los que se les denominó genéricamente como “indios”.
En 1549, se les menciona cuando participan del asalto a la ciudad de La Serena, y en 1605 cuando se nombra como “Valle de los Diaguitas” al sector alto del río Elqui.
En 1612, se funda el pueblo de Diaguitas, y en 1764 se nombran a los caciques e indios de este mismo pueblo.
El etnólogo Ricardo Latcham en las primeras décadas del siglo XX, propone llamar “Diaguitas chilenos” a los habitantes indígenas de los valles de Copiapó, Huasco y Elqui, que tengan apellidos terminados en “ay” -como Campillay, Huenchicay o Liquitay- y que estuvieran presentes en los archivos parroquiales desde el periodo colonial.
Estos apellidos de origen kakán, aparecen en los registros de algunos “pueblos de indios” fundados por los españoles en el Norte Chico.
En la región del Huasco Alto, especialmente, existe una larga genealogía de apellidos considerados diaguita en los registros coloniales, los que se remontan a inicios del siglo XVII.
La desaparición forzada de estos pueblos de indios ocurre a principios del periodo republicano, ya que los primeros gobiernos dictan leyes en 1823 y en 1830 tendientes a liquidarlos.
A la mayoría de los pueblos de indios de los valles de Copiapó, Huasco, Elqui , Limarí y Choapa se le quitan parte de sus tierras que pasan a poder del Estado y se elimina su estatus jurídico colonial.
Solamente el antiguo pueblo de indios del Huasco Alto logró mantener intacta la posesión de sus tierras hasta la actualidad, demostrando sus propietarios y habitantes tener un poblamiento ancestral en estos territorios de cordillera.
En el caso de la Comunidad Indígena Diaguita Taucán de Chalinga, ella identifica sus antecedentes originarios en los registros parroquiales de Choapa Alto que se remontan al año 1691.
El linaje del apellido Taucán aparece a fines del periodo colonial formando parte de los apellidos indígenas de las personas que integran el pueblo de indios de Chalinga, antecedente fundamental que les sirvió para identificarse como indígenas diaguita y formar su comunidad en 2013, en acuerdo a la Ley Indígena Nº 19.253 del Estado chileno.